Nivel 1- El ámbito físico
El primer nivel de existencia físico o material, el universo visible.
Es el mundo que mejor conocemos, al que llamamos mundo real. Contiene
materia y objetos con límites precisos, todo lo tridimensional y lo
que percibimos con los cinco sentidos: lo que podemos tocar, ver,
escuchar, sentir, probar u oler.
Incluye nuestros cuerpos, el viento, la tierra, el agua, los gases, los animales, los microbios, las moléculas.
En
el ámbito físico, el tiempo parece fluir en una recta que
llamamos flecha del tiempo; esta va del pasado al presente y al
futuro. Esto significa que todo lo que hay en el plano físico tiene un
principio y un final, por lo tanto, es pasajero. Los seres
sensibles nacen y mueren. Las montañas se elevan desde el núcleo
líquido del planeta y la lluvia y el viento incesante las erosionan…
El mundo físico, está gobernado por leyes inmutables de causa y efecto,
por lo que todo es predecible. La física newtoniana, nos permite
predecir
acciones y reacciones; de modo que cuando una bola de billar golpea a
otra con una velocidad y en un ángulo específicos, podemos anticipar
exactamente qué ruta seguirá cada una sobre la mesa.
Los científicos, pueden calcular con precisión cuándo ocurrirá un
eclipse solar y cuánto durará. Toda la comprensión de sentido común que
tenemos
del mundo, proviene de lo que sabemos de este ámbito físico.
Nivel 2: El ámbito cuántico
Es el segundo nivel de la existencia, todo consiste en información y
energía. En éste nivel, todo es insustancial, lo que significa que no
puede
tocarse ni percibirse con ninguno de los cinco sentidos.
Tu mente, tus pensamientos, tu ego y parte de ti que normalmente
consideras que es tu ser, son partes del ámbito cuántico. Estas cosas
carecen de
solidez; sin embargo sabes que tus pensamientos y que tu ser, son
reales.
Aunque
es mas fácil pensar en el ámbito cuántico en términos de
la mente, engloba mucho más. De hecho, todo lo que existe en el
universo visible, es una manifestación de la energía e información del ámbito cuántico. El mundo material es un subconjunto del ámbito cuántico.
Otra manera de explicarlo es que todo lo que existe en el ámbito
físico, está hecho de información y energía. En la famosa ecuación de
Einstein,
E = MC2, sabemos que la energía (E) es igual a la masa (M) por la velocidad de la luz (C) al cuadrado. Esto nos
dice que la materia (masa) y la energía son la misma cosa, pero en manifestaciones diferentes: energía es igual a masa.
Una de las primeras lecciones que nos enseñan en la escuela, es que
todo objeto sólido está hecho de moléculas, y que estas están formadas
por
unidades todavía más pequeñas llamadas átomos. Nos explican que la
silla, aparentemente sólida, en la que estamos sentados, está hecha de
átomos tan pequeños, que no podemos verlos sin la ayuda
de un microscopio poderoso. Luego aprendemos que los pequeños átomos
están formados por partículas subatómicas que carecen de solidez. Son
literalmente paquetes u ondas de información y energía.
Esto significa que en este segundo nivel de existencia, la silla en
que estás sentado, no es otra cosa que energía e información.
Este concepto, es difícil de asimilar al principio ¿cómo es posible que
unas ondas invisibles de energía e información se perciban como objetos
sólidos?
La
respuesta es que, en el ámbito cuántico, los sucesos ocurren
a la velocidad de la luz; y a esa velocidad, nuestros sentidos
simplemente no pueden procesar todo lo que influye en nuestra
experiencia sensible.
Percibimos
los objetos diferentes entre sí porque las ondas de
energía contienen y determinan la frecuencia o vibración de
diferentes tipos de información. Es como escuchar la radio. Según la
frecuencia que sintonicemos, escucharemos una emisora u otra, en
función de cómo vibra, la energía está codificada para transmitir
información diferente.
De esta manera, el mundo físico, el mundo de los objetos y la materia,
está hecho de información contenida en una energía que vibra a distintas
frecuencias.
La razón por la
que no vemos al mundo como una enorme red de energía es porque vibra
demasiado rápido. Nuestros sentidos, que funcionan lentamente, sólo
pueden registrar
trozos de esta energía y actividad, y estos conglomerados de información se convierten en silla, mi cuerpo, en
agua, y en todos los demás objetos físicos del mundo visible.
Esto es similar a lo que ocurre cuando vemos una película. Una
película, está hecha de fotogramas individuales, separados por franjas.
Si
viéramos la película en el carrete en una sala de proyección,
veríamos los fotogramas y las separaciones. Sin embargo, cuando vemos la
película, los fotogramas pasan tan rápido que nuestros
sentidos no perciben la discontinuidad. Los percibimos como un flujo
constante de información.
En el ámbito cuántico, los trozos
de campos de energía que vibran a diferentes frecuencias, y que
percibimos como objetos sólidos, forman parte de un campo de energía
colectivo.
Si
pudiéramos percibir todo
lo que ocurre en el ámbito cuántico, veríamos que formamos parte de
un gran caldo de energía y que todas las cosas, cada uno de nosotros y
todos los objetos del ámbito físico, son sólo un
conglomerado de energía que flota en ese caldo de energía.
En
todo momento, tu campo de energía está en contacto con el de
todos los demás e influye en él; todos respondemos a esa
experiencia. Todos somos expresiones de esa energía e información. En
ocasiones podemos sentir esta conexión. La sensación normalmente es
sutil, pero a veces tangible. La mayoría hemos tenido la experiencia
de entrar en una habitación y sentir que la tensión es tal que puede
cortarse con un cuchillo, o de estar en una iglesia o
lugar sagrado y sentirnos inundados por una sensación de paz. Esto
es porque la energía colectiva del entorno se mezcla con la nuestra y lo
percibimos en algún nivel.
En el ámbito físico, también intercambiamos constantemente energía e
información. Imagina que estás parado en la calle y hueles el humo del
cigarrillo e una persona de camina a una calle de distancia. Esto
significa que está inhalando el aliento de esa persona a cien metros de
distancia. El olor es sólo un indicador que te informa
que estás inhalando el aliento
de la otra persona. Si el indicador no estuviera ahí, si la persona no
estuviera
fumando, de todos modos estarías inhalando su aliento, sólo que sin
el humo del cigarrillo, no te darías cuenta. ¿y qué es el aliento? Es el
bióxido de carbono y el oxígeno que proviene del
metabolismo de cada célula del cuerpo de ese extraño. De la misma
manera otras personas están inhalando tu aliento. Así, de manera
constante, intercambiamos partes de nuestro ser, moléculas
físicas y mensurables de nuestros cuerpos.
En un nivel más profundo, en realidad no hay límites entre nuestro ser y
el universo. Cuando tocamos un objeto, lo sentimos sólido, como si
hubiese un límite definido entre éste y nosotros. Los físicos dirían
que percibimos la solidez de ese límite porque todo está hecho de
átomos, que la solidez es la sensación que obtenemos cuando
los átomos chocan contra otros átomos.
Pero, ¿qué es un
átomo?
Los átomos constan de un pequeño núcleo y una gran nube de
electrones que lo rodean. No hay un caparazón rígido en su exterior, sólo una nube de electrones.
Para visualizarlo, imagina un cacahuete en medio de un estadio
de fútbol. El cacahuete representa el núcleo, y el estadio, el tamaño de la nube de electrones que lo rodea.
Cuando
tocamos un objeto, percibimos solidez al contacto de las nubes de
electrones. Esta es nuestra interpretación de la solidez, dada la
sensibilidad ( o relativa insensibilidad) de nuestros sentidos. Los
ojos, están programados para ver los objetos como tridimensionales y
sólidos. Las terminales nerviosas están programadas para
sentir los objetos como tridimensionales y sólidos. Sin embargo, en
la realidad del ámbito cuántico, la solidez no existe. ¿hay solidez
cuando chocan dos nubes? No. Se funden y se
separan.
Algo
similar ocurre cuando tocas un objeto. Tus campos de
energía (y nubes de electrones) chocan, algunas porciones pequeñas
se funden y luego te separas. Aunque te percibes como un todo, has
cedido un poco de tu campo de energía al objeto y a cambio
obtienes un poco de la suya. Con cada encuentro intercambiamos
información y energía
y cuando nos separamos nos
transformamos un poco. Aquí podemos comprobar también cuan
conectados estamos con el mundo físico. Constantemente compartimos
porciones de nuestros campos de energía, por lo que todos, en este
nivel cuántico, en el nivel de nuestras mentes y seres, estamos
conectados. Todos estamos correlacionados con los demás.
Así pues, solo en la conciencia, nuestros limitados sentidos crean un
mundo sólido a partir de la energía e información puras. Pero ¿qué
pasaría
si pudiéramos ver el ámbito cuántico, si tuviéramos ojos cuánticos?
Veríamos
que todo lo que consideramos sólido en el mundo físico, entra y sale de
un vacío infinito a la velocidad de la luz. Tal como la
frecuencia fotograma-franja de las películas, el universo es un
fenómeno de encendido y apagado.
La continuidad y solidez del mundo, existen sólo en la imaginación
alimentada por los sentidos que no pueden discernir las ondas de energía
e
información que conforman el nivel cuántico de la existencia.
En realidad, todos entramos y salimos de la existencia continuamente.
Si
pudiéramos afinar nuestros sentidos, veríamos los huecos de nuestra
existencia. Estamos aquí, luego no estamos y luego volvemos otra vez.
Sólo
nuestra memoria, mantiene la sensación de continuidad. Existe una
analogía que puede iluminar este punto.
Los
científicos saben que los caracoles necesitan,
aproximadamente tres segundos para registrar la luz. Imagina que un
caracol me está viendo y que salgo de la habitación, realizo una proeza
en tres segundos: robo un banco y regreso. En lo que al
caracol concierne, nunca salí del cuarto; podría llevarlo a la corte
y rendiría un testimonio perfecto. Para el caracol, el tiempo que
estuve fuera del cuarto, caería dentro de esos huecos entre
los fotogramas de la existencia discontinua. Su sentido de
continuidad, suponiendo que tuviera, simplemente no registraría el hueco
del tiempo.
Así pues, la experiencia sensorial de todos los seres vivos
es una construcción perceptiva artificial, creada en la imaginación.
Hay
un relato zen sobre dos monjes que observan una bandera ondear en el
viento. Uno dice: “La bandera está ondeando” y el otro afirma: “No, el
viento se está moviendo”. Su maestro se acerca y uno le pregunta:
“¿Quién tiene la razón? Yo digo que la bandera se está moviendo, el dice
que es el viento el que se mueve”.
El maestro contesta: “Ambos están equivocados. Sólo la conciencia se
está moviendo; cuando la conciencia se mueve, crea el mundo con su
imaginación.”
La mente es un campo de energía e
información. Las ideas también son energía e información. Tú has
imaginado tu cuerpo y el resto del mundo físico, al percibir el caldo de
energía como un conjunto de entidades físicas
separadas.
Pero
¿de dónde proviene la mente que imagina esto?
Nivel 3: El ámbito no circunscrito
El tercer nivel de la existencia es la inteligencia o conciencia. Se le
ha llamado ámbito virtual, ámbito espiritual, campo de potencial, ser
universal o inteligencia no circunscrita. Aquí es donde la
información y la energía surgen de un mar de posibilidades.
El nivel más fundamental y básico de la naturaleza no es
material. Ni siquiera es un caldo de energía e información; es potencial puro.
Este nivel de realidad no circunscrita opera más allá del espacio y el
tiempo porque sencillamente no existen en él. Lo llamamos no
circunscrito
porque no puede confinarse a un lugar. No está en ti ni fuera de ti;
simplemente
es.
La inteligencia del ámbito espiritual es la que organiza el caldo de
energía en entidades conocibles. Es lo que agrupa las partículas
cuánticas
en átomos, los átomos en moléculas, las moléculas en estructuras.
Es la fuerza organizadora que está detrás de todas las cosas. Puede ser
difícil asimilar este concepto. Una manera relativamente sencilla de
pensar este ámbito consiste en reconocer la naturaleza dual de tus pensamientos.
Mientras
estás leyendo estas palabras, tus ojos están viendo la
impresión en la página, tu mente está traduciendo la impresión a
símbolos (letras y palabras), tratando de deducir su significado. Pero,
reflexiona un momento: ¿quién es el que está leyendo?,
¿qué es esa consciencia que está detrás de tus pensamientos?.
Date cuenta de la dualidad de estos procesos internos. Tu mente
esté ocupada decodificando, analizando y traduciendo. Entonces, ¿quien está leyendo en realidad?.
Con este ligero cambio en tu atención, podrás darte cuenta de que
existe una presencia interna, una fuerza que siempre vive las
experiencias.
Esta es el alma, la inteligencia no circunscrita, y su vivencia
tiene lugar en el nivel virtual.
Así como la información y la energía forjan el mundo físico, este
ámbito no circunscrito crea y ordena la actividad de la información y la energía.
De
acuerdo con el Doctor Larry Dossey, exitoso escritor y
estudioso de la metafísica, los acontecimientos no circunscritos
tienen tres importantes características que los distinguen: están correlacionados de manera independiente, absoluta e inmediata.
Analicemos brevemente que quiere decir
esto:
El comportamiento de dos o más acontecimientos subatómicos no está
determinado por las leyes de causa y efecto, significa que un suceso no
es la
causa de otro, aunque el comportamiento esté relacionado o
coordinado inmediatamente con éste. En otras palabras, parecen bailar al
mismo son, aunque no están comunicándose entre sí en sentido
convencional. Éste es el significado de independiente.
La correlación entre los acontecimientos no circunscritos es absoluta,
lo que significa que la firmeza de la correlación permanece intacta, a
pesar de la distancia en tiempo y espacio. Por ejemplo, si tú y yo
estamos hablando en una habitación, mi voz sonaría muy diferente que
si estuviéramos en aceras opuestas en una calle. A esta distancia, mi
voz sonaría mucho más débil, en el caso de que pudieras
oírme. Si estuvieras en el ámbito no circunscrito, me escucharías
claramente sin importar que yo estuviera parado a tu lado, al otro lado
de la calle, a un kilómetro de distancia, o incluso, en
otro continente.
Finalmente, inmediato
significa que los
acontecimientos no circunscritos no requieren tiempo de traslado.
Todos sabemos que la luz y el sonido viajan a velocidades distintas y
por eso vemos el relámpago a la distancia antes de escuchar
el trueno. Con los sucesos no circunscritos, no hay tal retraso,
pues las correlaciones de este tipo no obedecen a las leyes de la física
clásica. No hay señal, no hay luz, no hay sonido. No hay
nada que tenga que trasladarse. Las correlaciones entre los
acontecimientos que suceden en el nivel no circunscrito o virtual,
ocurren al instante, sin causa y
sin debilitarse a través del tiempo o la distancia. La inteligencia no
circunscrita está en todas partes a la vez, y puede causar múltiples
efectos simultáneos en varios lugares.
Es desde este ámbito virtual desde donde todas las cosas están
organizadas y sincronizadas. Por lo tanto, esta es la fuente de las
coincidencias. Cuando aprendes a vivir desde este nivel, puedes
cumplir espontáneamente todos tus deseos. Puedes
hacer milagros.
Del libro
Sincrodestino, Deepack Chopra
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