El fluir de la vida...

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7/8/16

Naturaleza de los tres planos de la existencia


 
Nivel 1-  El ámbito físico              
 
  El primer nivel de existencia físico o material, el universo visible. Es el mundo que mejor conocemos, al que llamamos mundo real. Contiene materia y objetos con límites precisos, todo lo tridimensional y lo que percibimos con los cinco sentidos: lo que podemos tocar, ver, escuchar, sentir, probar u oler.
 Incluye nuestros cuerpos, el viento, la tierra, el agua, los gases, los animales, los microbios, las moléculas.
 
  En el ámbito físico, el tiempo parece fluir en una recta que llamamos flecha del tiempo; esta va del pasado al presente y al futuro. Esto significa que todo lo que hay en el plano físico tiene un principio y un final, por lo tanto, es pasajero. Los seres sensibles nacen y mueren. Las montañas se elevan desde el núcleo líquido del planeta y la lluvia y el viento incesante las  erosionan…
 
  El mundo físico, está gobernado por leyes inmutables de causa y efecto, por lo que todo es predecible. La física newtoniana, nos permite predecir acciones y reacciones; de modo que cuando una bola de billar golpea a otra con una velocidad y en un ángulo específicos, podemos anticipar exactamente qué ruta seguirá cada una sobre la mesa.  
 
  Los científicos, pueden calcular con precisión cuándo ocurrirá un eclipse solar y cuánto durará. Toda la comprensión de sentido común que tenemos del mundo, proviene de lo que sabemos de este ámbito físico.
 
 
Nivel 2: El ámbito cuántico
 
  Es el segundo nivel de la existencia, todo consiste en información y energía. En éste nivel, todo es insustancial, lo que significa que no puede tocarse ni percibirse con ninguno de los cinco sentidos.
 
  Tu mente, tus pensamientos, tu ego y parte de ti que normalmente consideras que es tu ser, son partes del ámbito cuántico. Estas cosas carecen de solidez; sin embargo sabes que tus pensamientos y que tu ser, son reales.
 
  Aunque es mas fácil pensar en el ámbito cuántico en términos de la mente, engloba mucho más. De hecho, todo lo que existe en el universo visible, es una manifestación de la energía e información  del ámbito cuántico. El mundo material es un subconjunto del ámbito cuántico.
 
  Otra manera de explicarlo es que todo lo que existe en el ámbito físico, está hecho de información y energía. En la famosa ecuación de Einstein, E = MC2, sabemos que la energía (E)  es igual a la masa (M) por la velocidad de la luz (C) al cuadrado. Esto nos dice que la materia (masa) y la energía son la misma cosa, pero en manifestaciones diferentes: energía es igual a masa.
 
  Una de las primeras lecciones que nos enseñan en la escuela, es que todo objeto sólido está hecho de moléculas, y que estas están formadas por unidades todavía más pequeñas llamadas átomos. Nos explican que la silla, aparentemente sólida, en la que estamos sentados, está hecha de átomos tan pequeños, que no podemos verlos sin la ayuda de un microscopio poderoso. Luego aprendemos que los pequeños átomos están formados por partículas subatómicas que carecen de solidez. Son literalmente paquetes u ondas de información y energía. Esto significa que en este segundo nivel de existencia, la silla en que estás sentado, no es otra cosa que energía e información.
 
  Este concepto, es difícil de asimilar al principio ¿cómo es posible que unas ondas invisibles de energía e información se perciban como objetos sólidos?
  La respuesta es que, en el ámbito cuántico, los sucesos ocurren a la velocidad de la luz; y a esa velocidad, nuestros sentidos simplemente no pueden procesar todo lo que influye en nuestra experiencia sensible.
 
  Percibimos los objetos diferentes entre sí porque las ondas de energía contienen y determinan la frecuencia o vibración de diferentes tipos de información. Es como escuchar la radio. Según la frecuencia que sintonicemos, escucharemos una emisora u otra, en función de cómo vibra, la energía está codificada para transmitir información diferente.
 
  De esta manera, el mundo físico, el mundo de los objetos y la materia, está hecho de información contenida en una energía que vibra a distintas frecuencias.
  La razón por la   que no vemos al mundo como una enorme red de energía es porque vibra demasiado rápido. Nuestros sentidos, que funcionan lentamente, sólo pueden registrar trozos de esta  energía y actividad, y estos conglomerados de información se convierten en silla, mi cuerpo, en agua, y en todos los demás objetos físicos del mundo visible.
  Esto es similar a lo que ocurre cuando vemos una película. Una película, está hecha de fotogramas individuales, separados por franjas. Si viéramos la película en el carrete en una sala de proyección, veríamos los fotogramas y las separaciones. Sin embargo, cuando vemos la película, los fotogramas pasan tan rápido que nuestros sentidos no perciben la discontinuidad. Los percibimos como un flujo constante de información.
 
  En el ámbito cuántico, los trozos de campos de energía que vibran a diferentes frecuencias, y que percibimos como objetos sólidos, forman parte de un campo de energía colectivo.
  Si pudiéramos percibir todo lo que ocurre en el ámbito cuántico, veríamos que formamos parte de un gran caldo de energía y que todas las cosas, cada uno de nosotros y todos los objetos del ámbito físico, son sólo un conglomerado de energía que flota en ese caldo de energía.
 
  En todo momento, tu campo de energía está en contacto con el de todos los demás e influye en él; todos respondemos a esa experiencia. Todos somos expresiones de esa energía e información. En ocasiones podemos sentir esta conexión. La sensación normalmente es sutil, pero a veces tangible. La mayoría hemos tenido la experiencia de entrar en una habitación y sentir que la tensión es tal que puede cortarse con un cuchillo, o de estar en una iglesia o lugar sagrado y sentirnos inundados por una sensación de paz. Esto es porque la energía colectiva del entorno se mezcla con la nuestra y lo percibimos en algún nivel.
 
  En el ámbito físico, también intercambiamos constantemente energía e información. Imagina que estás parado en la calle y hueles el humo del cigarrillo e una persona de camina a una calle de distancia. Esto significa que está inhalando el aliento de esa persona a cien metros de distancia. El olor es sólo un indicador que te informa que estás inhalando el aliento  de la otra persona. Si el indicador no estuviera ahí, si la persona no estuviera fumando, de todos modos estarías inhalando su aliento, sólo que sin el humo del cigarrillo, no te darías cuenta. ¿y qué es el aliento? Es el bióxido de carbono y el oxígeno que proviene del metabolismo de cada célula del cuerpo de ese extraño. De la misma manera otras personas están inhalando tu aliento. Así, de manera constante, intercambiamos partes de nuestro ser, moléculas físicas y mensurables de nuestros cuerpos.
 
  En un nivel más profundo, en realidad no hay límites entre nuestro ser y el universo. Cuando tocamos un objeto, lo sentimos sólido, como si hubiese un límite definido entre éste y nosotros. Los físicos dirían que percibimos la solidez de ese límite porque todo está hecho de átomos, que la solidez es la sensación que obtenemos cuando los átomos chocan contra otros átomos.
  Pero, ¿qué es un átomo?
 
  Los átomos constan de un pequeño núcleo y una gran nube de electrones que lo rodean. No hay un caparazón rígido en su exterior, sólo una nube  de electrones.
  Para visualizarlo, imagina un cacahuete en medio de un estadio de fútbol. El cacahuete representa el núcleo, y el estadio, el tamaño de la nube de electrones que lo rodea.
 
 Cuando tocamos un objeto, percibimos solidez al contacto de las nubes de electrones. Esta es nuestra interpretación de la solidez, dada la sensibilidad ( o relativa insensibilidad) de nuestros sentidos. Los ojos, están programados para ver los objetos como tridimensionales y sólidos. Las terminales nerviosas están programadas para sentir los objetos como tridimensionales y sólidos. Sin embargo, en la realidad del ámbito cuántico, la solidez no existe. ¿hay solidez cuando chocan dos nubes? No. Se funden y se separan.
 
  Algo similar ocurre cuando tocas un objeto. Tus campos de energía (y nubes de electrones) chocan, algunas porciones pequeñas se funden y luego te separas. Aunque te percibes como un todo, has cedido un poco de tu campo de energía al objeto y a cambio obtienes un poco de la suya. Con cada encuentro intercambiamos información y energía  y cuando nos separamos nos transformamos un poco. Aquí podemos comprobar también cuan conectados estamos con el mundo físico. Constantemente compartimos porciones de nuestros campos de energía, por lo que todos, en este nivel cuántico, en el nivel de nuestras mentes y seres, estamos conectados. Todos estamos correlacionados con los demás.
 
  Así pues, solo en la conciencia, nuestros limitados sentidos crean un mundo sólido a partir de la energía e información puras. Pero ¿qué pasaría si pudiéramos ver el ámbito cuántico, si tuviéramos ojos cuánticos?
 Veríamos que todo lo que consideramos sólido en el mundo físico, entra y sale de un vacío infinito a la velocidad de la luz. Tal como la frecuencia fotograma-franja de las películas, el universo es un fenómeno de encendido y apagado.
 
  La continuidad y solidez del mundo, existen sólo en la imaginación alimentada por los sentidos que no pueden discernir las ondas de energía e información que conforman el nivel cuántico de la existencia.
 En realidad, todos entramos y salimos de la existencia continuamente.
 Si pudiéramos afinar nuestros sentidos, veríamos los huecos de nuestra existencia. Estamos aquí, luego no estamos y luego volvemos otra vez. Sólo nuestra memoria, mantiene la sensación de continuidad. Existe una analogía que puede iluminar este punto.
 
   Los científicos saben que los caracoles necesitan, aproximadamente tres segundos para registrar la luz. Imagina que un caracol me está viendo y que salgo de la habitación, realizo una proeza en tres segundos: robo un banco y regreso. En lo que al caracol concierne, nunca salí del cuarto; podría llevarlo a la corte y rendiría un testimonio perfecto. Para el caracol, el tiempo que estuve fuera del cuarto, caería dentro de esos huecos entre los fotogramas de la existencia discontinua. Su sentido de continuidad, suponiendo que tuviera, simplemente no registraría el hueco del tiempo.
                                                                                              
  Así pues, la experiencia sensorial de todos los seres vivos es una construcción perceptiva artificial, creada en la imaginación.
 
 Hay un relato zen sobre dos monjes que observan una bandera ondear en el viento. Uno dice: “La bandera está ondeando” y el otro afirma: “No, el viento se está moviendo”. Su maestro se acerca y uno le pregunta: “¿Quién tiene la razón? Yo digo que la bandera se está moviendo, el dice que es el viento el que se mueve”.
   El maestro contesta: “Ambos están equivocados. Sólo la conciencia se está moviendo; cuando la conciencia se mueve, crea el mundo con su imaginación.”
 
  La mente es un campo de energía e información. Las ideas también son energía e información. Tú has imaginado tu cuerpo y el resto del mundo físico, al percibir el caldo de energía como un conjunto de entidades físicas separadas.
 
                         Pero ¿de dónde proviene la mente que imagina esto?
 
 
Nivel 3: El ámbito no circunscrito
                 
  El tercer nivel de la existencia es la inteligencia o conciencia. Se le ha llamado ámbito virtual, ámbito espiritual, campo de potencial, ser universal o inteligencia no circunscrita. Aquí es donde la información y la energía surgen de un mar de posibilidades.
 
   El nivel más fundamental y básico de la naturaleza no es material. Ni siquiera es un caldo de energía e información; es potencial puro.
 
  Este nivel de realidad no circunscrita opera más allá del espacio y el tiempo porque sencillamente no existen en él. Lo llamamos no circunscrito porque no puede confinarse a un lugar. No está en ti ni fuera de ti; simplemente es.
 
  La inteligencia del ámbito espiritual es la que organiza el caldo de energía en entidades conocibles. Es lo que agrupa las partículas cuánticas en átomos, los átomos en moléculas, las moléculas en  estructuras.
  Es la fuerza organizadora que está detrás de todas las cosas. Puede ser difícil asimilar este concepto. Una manera relativamente sencilla de pensar  este ámbito consiste en reconocer la naturaleza dual de tus pensamientos.
 
  Mientras estás leyendo estas palabras, tus ojos están viendo la impresión en la página, tu mente está traduciendo la impresión a símbolos (letras y palabras), tratando de deducir su significado. Pero, reflexiona un momento: ¿quién es el que está leyendo?, ¿qué es esa consciencia que está detrás de tus pensamientos?.
   Date cuenta de la dualidad de estos procesos internos. Tu mente esté ocupada decodificando, analizando y traduciendo. Entonces, ¿quien está leyendo en realidad?.
  Con este ligero cambio en tu atención, podrás darte cuenta de que existe una presencia interna, una fuerza que siempre vive las experiencias. Esta es el alma, la inteligencia no circunscrita, y su vivencia tiene lugar en el nivel virtual.
 
  Así como la información y la energía forjan el mundo físico, este ámbito no circunscrito crea y ordena la actividad de la información  y la energía.
 
  De acuerdo con el Doctor Larry Dossey, exitoso escritor y estudioso de la metafísica, los acontecimientos no circunscritos tienen tres importantes características que los distinguen: están correlacionados de manera independiente, absoluta e inmediata.
 
Analicemos brevemente que quiere decir esto:
 
  El comportamiento de dos o más acontecimientos subatómicos no está determinado por las leyes de causa y efecto, significa que un suceso no es la causa de otro, aunque el comportamiento esté relacionado o coordinado inmediatamente con éste. En otras palabras, parecen bailar al mismo son, aunque no están comunicándose entre sí en sentido convencional. Éste es el significado de independiente.
 
  La correlación entre los acontecimientos no circunscritos es absoluta, lo que significa que la firmeza de la correlación permanece intacta, a pesar de la distancia en tiempo y espacio. Por ejemplo, si tú y yo estamos hablando en una habitación, mi voz sonaría muy diferente que si estuviéramos en aceras opuestas en una calle. A esta distancia, mi voz sonaría mucho más débil, en el caso de que pudieras oírme. Si estuvieras en el ámbito no circunscrito, me escucharías claramente sin importar que yo estuviera parado a tu lado, al otro lado de la calle, a un kilómetro de distancia, o incluso, en otro continente.
 
  Finalmente, inmediato significa que los acontecimientos no circunscritos no requieren tiempo de traslado. Todos sabemos que la luz y el sonido viajan a velocidades distintas y por eso vemos el relámpago a la distancia antes de escuchar el trueno. Con los sucesos no circunscritos, no hay tal retraso, pues las correlaciones de este tipo no obedecen a las leyes de la física clásica. No hay señal, no hay luz, no hay sonido. No hay nada que tenga que trasladarse. Las correlaciones entre los acontecimientos que suceden en el nivel no circunscrito o virtual, ocurren al instante, sin causa y  sin debilitarse a través del tiempo o la distancia. La inteligencia no circunscrita está en todas partes a la vez, y puede causar múltiples efectos simultáneos en varios lugares.
 
   Es desde este ámbito virtual desde donde todas las cosas están organizadas y sincronizadas. Por lo tanto, esta es la fuente de las coincidencias. Cuando aprendes a vivir desde este nivel, puedes cumplir espontáneamente todos tus deseos. Puedes
hacer milagros.
 
                                                  Del libro Sincrodestino, Deepack Chopra

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