En artículos anteriores compartíamos con
vosotros información sobre las distintas edades del alma y sobre los
niveles de cada edad. ¿Y si en esta ocasión, compartimos con vosotros
información sobre vuestra familia Álmica?
Le recomendamos el siguiente artículo Las 7 edades del Alma, ¿con cuál te identificas?
Cuando hablamos de familia, lo primero
que nos viene a la cabeza es nuestra familia terrenal, nuestros padres,
hermanos, primos, etc. Pues, saber que durante miles y miles de años,
nuestra Alma ha estado muy unida a una familia más universal llena de
particularidades.
Antes de empezar a leer, saber que este artículo está basado en una canalización que recibió Marie Lise Labonté
en el año 2001. Esta canalización detalla las doce familias de almas
hoy en día reencarnadas en el planeta Tierra y nos habla también de sus
misiones.
Si es
la primera vez que vas a leer sobre familias de almas, es muy
recomendable que durante la lectura olvides quién eres en la Tierra. La
idea no es buscar que tu identidad terrestre encuentre quién es, sino
que dejemos de ser ella y sintamos una vibración real con nuestra
verdadera naturaleza.
Las 12 familias de almas
FAMILIA DE LOS MAESTROS
En su seno residen, entre otros, los
Maestros Ascendidos. El objetivo de la existencia de estas almas es
iniciar el movimiento. Cuando se encarnan, se convierten en dirigentes,
en iniciadores de algún movimiento, ya sea en la luz o en las tinieblas.
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No existe juicio, esta alma es libre; y a
través del filtro terrestre, tiene la opción de optar por el amor y la
luz, o por el desamor y destrucción. En cualquier caso, en él seguirá
habitando la llama divina; esa Luz que es incondicional como la Fuente y
que le acompañará hasta que transforme esa elección.
El maestro es quien dirige, quien transmite y muestra el camino, el que inicia el movimiento a partir del amor y de la humildad. No necesita ser reconocido con ningún título, ya que tiene muy claro que lo es, y lo es por naturaleza, con la responsabilidad que esto conlleva.
A algunos esto puede quedarles algo
grande y en consecuencia rechazar y no respetar esa energía, alterándola
con sus actos. Para esta familia, una de las pruebas de la encarnación
es el ego: atracción por el poder o por la manipulación.
Muchas almas de esta familia, muestran
una gran necesidad de conocer su propósito, como si la vida les dejara
un sin sabor si no sienten la conexión con su misión.
Nada les hace felices si no están en
coherencia con su propósito. Saben que han venido a hacer algo grande y
no descansarán hasta dar con ello. Tienen un gran enfoque de las cosas y
una verdad que reina dentro de ellos, no llegando a entender la
naturaleza de aquello que va en contra de esa verdad.
Así es el maestro, aquel que inicia el camino.
LA FAMILIA DE LOS SANADORES
La familia de los sanadores es una gran e
importante familia que engloba a muchas otras. Las almas miembros de
esta familia, trasmiten la energía de la sanación proveniente de su
interior y la canalizan y difunden de todas las maneras posibles. Son almas que han recibido muchas iniciaciones en sus manos, corazón y conciencia.
Aunque intentarán bloquear su
naturaleza, activarían la sanación. Esta energía es tan operativa que
aunque posara descuidadamente su mano sobre una persona, surtiría
efecto. Eso sí, su poder se vuelve más intenso siendo consciente de
ello, por eso es muy importante que estas almas abran sus ojos a la
realidad; en favor del resto y para ellos mismos. Esto último es muy
importante, ya que resistir a esta energía, genera bloqueos en forma de
desequilibrios físicos, emocionales y mentales.
Reconocer a los miembros es fácil,
todos se resisten a la sanación; a pesar de estar dentro de ellos, se
empeñan en buscarla en el exterior y siempre piensan que el “otro” es
mejor sanador que ellos.
Su reto está en la enfermedad y
superarla. Todo lo que van aprendiendo de los procesos curativos, están
deseando transmitirlo hasta el punto de involucrarse hasta el fondo.
Empatizan tanto que hacen suyos los procesos curativos de las personas
cercanas has que sientan que su labor con la misma ha finalizado. Para
esta familia una de las pruebas de encarnación también es el ego; un
ego inflado o desinflado del sanador. Son dos extremos, o se subestiman o
se sobrestiman.
La energía de sanación es muy fuerte
y esto puede resultar un riesgo en cuanto a que se sientan tan
poderosas que puedan aprovecharse de ello; aunque es cierto, que estas
almas no son víctimas de nada ni nadie, sino que esto es parte de su
aprendizaje en la rencarnación.
LA FAMILIA DE LOS GUERREROS SANADORES
Ya hemos comentado que la familia de los
sanadores está formada por varios núcleos y esta familia de guerreros
sanadores es una de ellos.
Su responsabilidad radica en la
protección del flujo de la sanación. Se encargan del alineamiento y la
protección de la sanación allá donde se encarnan (ya sea en el universo
de las almas o en el de la Tierra, en Mercurio o en Arturo.), además de
defenderla ante cualquier energía incompatible.
Estas almas, velan por que esta energía sea canalizada en su máxima pureza, es decir, en la energía del amor.
Tienen un gran sentimiento de
responsabilidad y en necesario que tengan cuidado ya que tienden a
cargar mucho peso sobre el hombro y pueden caer en la tentación de
sentirse salvadores del mundo. Exactamente, esta es una de las pruebas
de su encarnación.
Emplean símbolos (anillos o collares)
con un significado específico y se rigen por un código común. Son muy
sólidas porque han recibido la iniciación de la familia de los guerreros
para reforzar su condición de guerrero al servicio de la sanación.
Son almas que viven la vida de forma
apasionada y muy apegada a la materia y familia. Normalmente eligen
experiencias donde existen conflictos que resolver a base de fuerza y
constancia. Dan mucho y no se permiten recibir a penas nada, no quieren
ser una carga para el resto.
LA FAMILIA DE LOS CHAMANES
La familia de los chamanes también es
parte de la familia de sanadores. Estas almas han elegido seguir al
fluir del chamanismo en el planeta Tierra. Tienen dedicación plena en el
equilibrio de la energía del planeta con la energía interplanetaria.
El chamán es la vibración propia del
alma y su propósito es ayudar a que tanto el planeta como los elementos
que lo componen sanen y equilibren sus vibraciones.
Son transmisores de la energía de la
transformación. Tiene la capacidad de transformar la capa física, de
transmutar órganos internos y sus cristalizaciones, o extraer de las
plantas sus propiedades, siempre al servicio de la sanación.
Las almas miembros de esta familia son
numerosas y son capaces de reconocerse y conversar de forma telepática
entre ellos. Sienten la necesidad de anclarse en lugares precisos para
activar desde ese punto la sanación en el planeta. Si fueran capaces de
emplear la identidad de su alma en su totalidad y sin juzgar, podrían
desplazarse a través del tiempo y espacio con su cuerpo físico.
Una de sus pruebas en la encarnación es
la de quedar abstraídos por la experiencia personal. Corren el riesgo de
olvidar quiénes son y pasar por alto esa energía de sanación, esa
naturaleza guerrera y capacidad de transmutación que les caracteriza.
Estas almas, se sirven de rituales y
símbolos sin siquiera saberlo. Es importante que se hagan conscientes de
las señales que reinan su camino y que sientan una conexión especial
con la naturaleza, con los elementos de su entorno, con el agua, el
fuego, la tierra, el aire, el cielo, con los materiales naturales.
Deben trabajar con ayuda de su cuerpo
físico ya que les servirá de canal para transmitir la energía de
sanación y para la transformación. Tienen mucha capacidad de ver a
través de las personas y de empatizar con ellas.
LA FAMILIA DE LOS GUERREROS
Esta familia no parte de la familia de
sanadores. Su esencia es la de proteger la energía: la energía luz o la
energía oscura. Para ellos no existen intermedios, si así lo deciden,
protegerán la vibración del alma.
Durante su encarnación y su aprendizaje
terrestre, tienden a ejercer el rol de salvadores; pero cuando el alma
del guerrero se reconoce más allá de la tercera dimensión, actúa sin
pretender salvar al mundo.
Su misión consiste en defender,
trabajar, actuar para que la oscuridad no vaya más allá y proteger al
universo de las almas; y lo hacen con una entrega y amor total.
Algunas almas de esta familia, llegan a
olvidar su origen convirtiéndose en guardaespaldas y perdiéndose en la
segunda dimensión.
Los guerreros son fáciles de distinguir puesto que no son muy sociables,
más bien, acostumbran a cerrarse en su guarida y ser ariscos, aunque
eso sí, tienen un gran corazón y siempre están dispuestos a defender y
salvar.
Son intrépidos, fuertes y con un gran
sentido de lo que es correcto y lo que no, siempre, eso sí, en base a
sus valores. También son algo cabezones e inflexibles hasta que no se
demuestre que están equivocados.
Otra cualidad que los caracteriza es que son muy pasionales y odian las injusticias.
LA FAMILIA DE LAS HADAS ALQUIMISTAS
Estas almas son muy especiales ya que se
encarnan en la Tierra para espiritualizar la materia, desmaterializar
todo lo que tocan y elevar automáticamente su vibración.
Algunas se encuentran muy cerca de los
ángeles y se pasan la vida revoloteando como las mariposas. Normalmente
se resisten a la encarnación y es precisamente esa su prueba.
Estas almas dan la impresión de vivir en
la inopia, como ausentes. Podrían atravesar paredes con su capa física,
cosa que explica sus problemas con las llaves, ya que se olvidan de que
lo necesitan. Son personas que tienen mucha fantasía y buscan lo bonito
en la oscuridad, y la monotonía les harta. Han decidido reencarnarse
porque su presencia ayuda a transmutar la materia, no porque les guste
la densidad.
Su capacidad de volatilizar matera sin
apenas darse cuenta, hace que tengan la sensación de que lo pierden
todo. Tienen la impresión de estar enraizadas incluso cuando están
volando y les cuesta definir lo que va arriba y lo que va abajo.
Si logran conocerse mejor, podrían
aplicar su poder y emplearlo en la sanación, comunicación o en todos los
oficios que se propongan. Son capaces de transmutar todo lo que tocan,
lo que significa, enfocarse en un estado vibratorio y activarlo hasta
perder su identidad y hacerse uno con el principio divino. La clave, el
amor.
Son las encargadas de transmitirnos el siguiente mensaje: “¡Despertad, queridas almas, pues podéis espiritualizar la materia!”
Son almas muy sensibles y con gran
capacidad de amar, tanto que cuando les falta o se sienten
incomprendidas, les cuesta mucho conectar con la Tierra y desean no
estar aquí.
Son muy soñadoras y por eso necesitan
muchas horas al día de descanso reparador y de sueño profundo. Cuando
están bien, tienden a endulzar el ambiente allí donde se encuentren, por
eso se convierten en el centro de atención; cuando están mal, pueden
cambiar la energía de todo aquel se esté cerca
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En el próximo artículo nos centraremos
en las otras seis familias restantes: la familia de la comunicación, la
familia de los enseñantes, la familia de los barqueros, la familia de
los iniciadores de conciencia, la familia de los pilares, y la familia
de los mecánicos.
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