http://conferenciaspaolasoto.com
La segunda ley espiritual del éxito es la ley del dar. También podría llamarse la ley del dar y
recibir porque el universo opera a través de un intercambio dinámico. Nada es estático. Nuestro
cuerpo está en intercambio dinámico y constante-con el cuerpo del universo; nuestra mente mantiene
una interacción dinámica con la mente del cosmos; nuestra energía es una expresión de la
energía del cosmos.
El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa de todos los elementos y las
fuerzas que estructuran el campo de la existencia. Esta armoniosa interacción de los elementos y
las fuerzas de la vida opera a través de la ley del dar. Puesto que nuestro cuerpo, nuestra mente
y el universo mantienen un constante y dinámico intercambio, frenar la circulación de la energía
es como frenar el flujo sanguíneo. Cuando la sangre deja de circular, comienza a coagularse y a
estancarse. Por ello debemos dar y recibir a fin de mantener la riqueza y la afluencia* - o
cualquier cosa que deseemos en la vida - circulando permanentemente.
La palabra "afluencia" viene de la raíz latina afflúere que significa "fluir hacia". La palabra
afluencia significa "fluir en abundancia". El dinero realmente es un símbolo de la energía vital que
intercambiamos, y de la energía vital que utilizamos como consecuencia del servicio que le *
prestamos al universo. Al dinero también se le llama moneda "corriente", nombre que refleja
igualmente la naturaleza fluida de la energía. La palabra "corriente" viene del latín cúrrere que
significa "correr" o "fluir".
Por tanto, si impedimos la circulación del dinero - si nuestra única intención es acaparar el dinero
y aferrarnos a él -, impediremos también, puesto que el dinero es energía vital, que éste vuelva a
circular en nuestra vida. Para que esa energía fluya constantemente hacia nosotros, debemos
mantenerla en circulación. Al igual que un río, el dinero debe mantenerse en movimiento, o de lo
contrario comienza a estancarse, a obstruir, a sofocar y a estrangular su propia fuerza vital. La
circulación lo mantiene vivo y vital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario