Nuestro cuerpo físico se encuentra rodeado por un halo de luz.
Quienes logran verlo afirman que en él se inscriben no sólo las experiencias pasadas sino también las que nos depara el porvenir.
Aprendiendo a visualizar el aura descubrirás sorprendentes revelaciones sobre tu destino y el de quienes te rodean.
Quienes logran verlo afirman que en él se inscriben no sólo las experiencias pasadas sino también las que nos depara el porvenir.
Aprendiendo a visualizar el aura descubrirás sorprendentes revelaciones sobre tu destino y el de quienes te rodean.
En la antigua India se hacían operaciones en la frente de las personas para abrirles el tercer ojo, insertando las agujas de acupuntura a lo largo de los meridianos del cuerpo a través del cuerpo. A partir de entonces los operados tenían la facultad de ver a la gente envuelta en una nube luminosa. Esa aureola revelaba el carácter, el estado mental y hasta las enfermedades que podían llegar a padecer en el futuro.
Los hechos quedaron reflejados en muchísimas pinturas de esa época, por lo que es común ver retratos de sabios orientales que muestran aureolas sobre sus cabezas....
Todos tenemos la capacidad de percibir el campo de fuerza que rodea a los seres vivos, que no es ni más ni menos que la emanación de sus energías, todos podemos sentir su vibración, la que nos lleva a aceptar, o rechazar a una persona espontáneamente y que nos permite percibir el bienestar o la enfermedad de quienes nos rodean y hasta algunas sutilezas más asombrosas, como sus sentimientos o su escala de valores morales.
Cuando intentemos ver por primera vez el aura, no nos desanimemos si no sentimos o vemos nada. Debemos darnos tiempo y tener fe.
Algunas personas experimentan un despertar instantáneo, pero a otras suele llevarles algún tiempo.
A veces el problema radica en que se está intentando con demasiada fuerza, situación que puede destruir la sensibilidad. Cuando esto nos suceda, debemos esperar cierto tiempo antes de intentarlo de nuevo.
Hay varios métodos sobre el modo de observar el aura. En la mayoría de ellos se recomienda trabajar en un cuarto oscuro, con una luz pequeña.
También se recomienda entrecerrar los ojos para que la mirada tenga una dimensión mas profunda.
Resulta más fácil observar el aura cuando la persona está de pie ante un fondo de color claro, blanco de ser posible. Los colores físicos y los objetos materiales pueden distraernos, y resulta más fácil ver el aura en condiciones favorables.
La iluminación es un elemento esencial para "leer" el aura, sobre todo cuando no se tiene experiencia; lo mejor es intentarlo en condiciones óptimas.
Asegurémonos de colocar una fuente luminosa detrás de nosotros cuando nos sentemos frente a la persona a la cual se le va a interpretar su aura. Lo mejor es la luz natural, ya sea la luz del sol que entra por una ventana o la luz de una vela. Comprobemos que en la habitación no haya corrientes de aire que produzcan sombras en movimiento, al alterar la llama de la vela.
Normalmente es necesario realizar varias pruebas hasta dar con la iluminación adecuada a nuestras necesidades particulares.
Empecemos visualizando el aura de nuestra pareja o de algún amigo. Por supuesto, las posibilidades de éxito serán mayores si la persona participa de buen grado en el experimento. Es aconsejable buscar un amigo interesado en ver el aura y turnarnos para hacerlo. Podemos poner música suave y relajante.
Tengamos el conocimiento de lo que hacemos antes de intentar cualquier visualización, meditación o lectura del aura. Esto es, que conozcamos los diferentes pasos.
Tanto nosotros como la persona a la que se le va a leer el aura, debemos empezar por cerrar los ojos y respirar profundamente para relajarnos. Nos sentamos con la espalda recta, las piernas sin cruzar y los pies apoyados en el suelo. Coloquemos las manos sobre nuestro regazo con las palmas hacia arriba. Respiramos hondo y abrimos los ojos lentamente: no los abrimos del todo. Recordemos que no debemos concentrarnos en intentar ver el aura.
Nos relajamos y procuramos mirar el perfil de la persona que tenemos enfrente. Al cabo de un rato, la rodopsina decolorará los bastones y nos obligará a cerrar de nuevo los ojos para permitir que se resinteticen.
Al cerrar los ojos es probable que veamos imágenes que se hayan grabado en nuestra mente. Aparecerán como una imagen en negativo. Dejemos que estas imágenes se fundan y luego volvamos a abrir los ojos.
Repetimos el proceso tantas veces como sea necesario.
Se recomienda tener un cuaderno para anotar las observaciones.
Si trabajamos varias veces con la misma persona, es interesante comparar las notas para ver si hay cambios o coincidencias entre una sesión y otra. Tomamos nota de los colores, formas, sentimientos, símbolos o imágenes que hayamos percibido.
La práctica de este método nos fortalecerá la visión del aura y cada vez nos resultara más fácil.
El desarrollo de este método suele llevar tiempo, no te desanimes.
Cuando los músculos del ojo se fatigan, la posición de éste varía ligeramente, y entonces vemos la imagen grabada cuando deberíamos ver el aura. A esto se le conoce como "falsa aura", la cual es de un color opaco, no traslúcido como el aura verdadera.
Al realizar la lectura del aura, disfrutemos de la experiencia y estemos alegres.
Cuando intentemos por primera vez "leer" el aura de una persona, hagamos que nos formule una pregunta cuya respuesta se pueda verificar fácilmente. Al ver o sentir el aura por primera vez, necesitaremos adquirir cierto grado de confianza. Por este motivo, es conveniente que la persona cuya aura estemos observando, responda con sinceridad a las interpretaciones que le estamos planteando.
El mirar en el interior del aura de una persona es una cuestión muy personal, pidamos permiso antes de adentrarnos en ese mundo de mensajes sutiles.
Cuando ya creemos que "vemos" el aura, tenemos que dar el siguiente paso; realmente ver el aura.
¿Como es esto?
Lo que sucede en la mayoría de los casos es que nuestro ser interior intuye las emanaciones áureas y las forma en la mente mediante los órganos visuales. Tal vez lo que estamos viendo es solo la capa física del aura. Esto es apenas el comienzo, debemos seguir intentándolo y continuar capa tras capa, hasta que podamos percibir su Luz.
A medida que una persona evoluciona los colores de su aura cambian, sin embargo, el aura está compuesta por una gama de colores básicos. No obstante, es necesario aclarar que por lo general no se encuentra un solo color sino que se encuentran diferentes tonalidades e innumerables matices de acuerdo con la luminosidad, intensidad y la proporción de colores mostrando los diferentes estados de ánimo de las personas. Es necesario hacer mención que dependiendo de si que si los colores son brillantes y limpios las cualidades serán positivas, si por el contrario, encontramos colores sucios o apagados las cualidades del aura serán negativas.
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